Poetisa es una palabra dulce que dejamos de lado porque nos avergonzaba y sin embargo y sin embargo ahora vuelve en un pañuelo que nuestras antepasadas se ataron a la garganta de sus líricas roncas.
Poetas y poetisas, chicas y abuelas se reencuentran en este libro en el que son las protagonistas de una suerte de carrera de postas sin principio ni final. El testigo pasa de mano en mano: de Delmira Agustini a Juana Bignozzi y luego a Cecilia Pavón y a Celeste Diéguez, entre tantas otras, para construir una historia revisitada que se pregunta: ¿la Storni o Alfonsina? Pero también es una carrera de obstáculos: hay que aprender a sortear a los vates, que no son gritones ni tienen vida personal, que solo se enamoran del amor, no como las chicas que hierven chauchas y no quieren convencer a nadie con lo que escriben, o las que tienen abuelas que las buscan aunque ahora son ellas quienes las encuentran en una Plaza de Mayo que las convoca y hermana.
Con un pie suspendido en el ensayo y otro en la poesía, Tamara Kamenszain nunca pierde el equilibrio: explora ambos géneros tomando de cada uno aquello que más la interpela, y escribe un libro conmovedor, tan vital como inolvidable.