Los animales humanos somos naturaleza, no estamos por fuera de ella. No vinimos al mundo, sino que brotamos de él, como los frutos de una planta. Formamos parte de la red de la vida y, por tanto, llevamos dentro su inmensa sabiduria. Por naturaleza, somos generosos, compasivos y equilibrados. Reconocer esta verdad elemental puede ayudarnos a reorientar nuestra existencia y recordar nuestra conexión con la Tierra. Esta cartilla es un llamado a abrazar la compasión por otros seres vivos y cambiar nuestra relación con el alimento; una invitación a honrar lo que comemos y comprender su valor sagrado; una exhortación urgente a reconocer que el ser humano necesita recapacitar y transformarse, y que es en el individuo y en sus acciones donde se gestan los cambios en la conciencia colectiva.