Henri Rousseau (1844-1910) es uno de los representantes más importantes del arte naif. Sus pinturas, caracterizadas por un pronunciado exotismo y una torpeza infantil, pueden entenderse como vanguardistas. Desde las famosas pinturas de la selva hasta numerosos retratos y paisajes urbanos, se puede descubrir la obra de Rousseau, que se mantiene fiel a su estilo sencillo pero imaginativo.