«No todo tiene que tener sentido», esa es la conclusión de un profeta tras varios días de bacanal. Y así son todas estas páginas: ciudades que se funden, días soleados con lluvia, un mono de peluche cargado de marihuana en busca de comida china, una vendedora de miscelánea con ética de guerrero samurái, ecos de parqueadero, silencios sospechosos y murmullos oficinistas.
Juan David Quintero nos trae cinco historias que intentan dar sentido y forma a una noche de sueños vividos que el inconsciente parece conectar caprichosamente con patrones sutiles que habitan en los universos particulares de cada uno de sus personajes, rescatando el valor de la línea como una expresión esencial de la forma.