Lina y Elena son ahora adultas y han tomado caminos distintos: Elena dejó Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en Florencia. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha triunfado muy a su manera en el negocio local. Elena es la señora culta, Lina es en apariencia la mujer de barrio, ignorante y poco dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición están del lado de Lina.
Los hechos se precipitan cuando un buen día de repente, la hija de Lina desaparece: ¿asesinato, rapto, muerte? Nadie sabe, y el barrio murmura. Desde entonces, Lina ya no es la misma y la locura acecha. Todo -los hombres, las mujeres, el paisaje, la ciudad entera de Nápoles- se convierten en testigos del duelo de una madre que no sabe llorar y un buen día también desaparecerá, devolviendo al lector a las primeras páginas de esta espléndida saga.
Inteligencia, emoción contenida, escritura que se pliega a los acontecimientos y se ajusta como un guante a la trama: todo está en estas páginas donde se ha ido cosiendo una de las obras más brillantes del siglo XXI.
«Quería contar solo la vida de dos mujeres. Y para hacerlo era necesario que filtrara la historia en el trasfondo de sus existencias, las cosas que de un modo u otro tenían que ver con ellas. Me gustaría que el relato ayudase a contemplar en términos narrativos un pedazo de la historia de Italia.»
Elena Ferrante