El centro del mundo contiene la nueva trilogía de Angélica Liddell tras la excelente acogida de La casa de la fuerza.
Tres obras, aclamadas en teatros y festivales de todo el mundo, que en realidad podrían leerse como piezas de una misma figura: Maldito sea el hombre que confía en el hombre, Ping Pang Qiu y, la más reciente, Todo el cielo sobre la tierra (el síndrome de Wendy).
En conjunto, un libro conmovedor sobre la pérdida de la inocencia y la desconfianza, el conflicto de la edad y el riesgo de crecer y llegar a ser ¿quién? Una venganza contra el fraude de la vida y las demostraciones de poder que consisten en la destrucción de lo bello y el exterminio del mundo de la expresión, pues «allí donde no se necesita la belleza se mata más». Pero también es un canto a la pureza de lo desconocido, a su amor imposible por China (que en mandarín, ??, significa «el centro del mundo») y a todo lo que se resiste a ser descifrado.