Las treinta narraciones de " El espejo en el espejo " conforman un delicioso laberinto literario en el que resuenan ecos mitológicos, kafkianos y borgianos. Michael Ende ahonda en temas como la búsqueda de la identidad, la desolación de la guerra, el amor, el absurdo de una sociedad entregada al mercantilismo, la magia, la angustia, la falta de libertad y la imaginación, entre otros. Temas que se entretejen junto a un sinfín de historias, escenarios y personajes como, por ejemplo, Hor, que mora en un edificio gigantesco, completamente vacío, donde cada palabra pronunciada en voz alta genera un eco infinito. O el muchacho que, bajo la experta dirección de su padre y maestro, sueña con tener alas y va creándolas pluma a pluma, músculo a músculo. O la catedral de ferrocarriles que contiene el templo al dinero y flota sobre el espacio vacío y crepuscular, negando la salida a los viajeros. O la comitiva que baja de las Montañas del Cielo en busca de la palabra perdida. Ángeles que braman con el sonido del bronce, bailarines que giran perpetuamente tras el telón, astronautas que arrastran carneros, puertas erigidas en mitad de la nada... son solo algunos de los muchos elementos de un libro que es un placer y un desafío para el lector.