Una mujer vacía, enmudecida e infinitamente sola ha separado su alma de sus recuerdos. Pero una voz resuena con urgencia: es el llamado de la memoria; la narradora sabe que ha llegado el momento de contar su historia, que la desazón que la asalta es la tregua que antecede a la creación, y que anuncia la llegada del lenguaje, dispuesto a sanar la herida de la muerte. ¿Pero a dónde ir a buscar lo que se ha ido perdiendo en tantos años de no querer mirar atrás? Como buscando a tientas, vuelve a su infancia, al primer amor, al primer desengaño. De telón de fondo, una España que no se recupera tampoco de las heridas de la guerra.
Adelaida emprende un viaje en tren que también será un viaje por su memoria. Los recuerdos le llevan a su infancia, con su protectora abuela y su padre fotógrafo. El pasado y el presente se entremezclan en esta historia de frases cortas y musicales.