En cada poema, Anise Koltz toca esta muerte que ya la habita por completo: «Muerta desde hace mucho tiempo / llevo blasfemias / en un collar / alrededor del cuello».Esta muerte no es otra que la eternidad que precede a nuestro nacimiento y que nos borrará en el silencio. Solo la poesía puede significar el otro lugar de las palabras porque trasciende todas las palabras para convertirse en «un tercer ojo / un segundo destino / que explora un espacio desconocido».
Martin Heidegger resumió la angustia existencial en una frase: «Tan pronto como un hombre nace, tiene la edad suficiente para morir». Anise Koltz talla en «otro lugar» el vértigo del ser, su alma se convierte en antorcha viva que nos ilumina aun en el amargo pensamiento de nuestra muerte.