En este libro, que recoge algunos de sus cuentos dispersos, mantiene su estilo franco y directo, poco dado a los adornos y sin embargo pleno de encanto y de frases, regadas en el texto como luces, que son pura poesía. Esa maestría también la demuestra en sus novelas, estudios históricos y en esas "piezas breves" que fueron sus columnas en periódicos y revistas. Pero tal vez, la característica fundamental de su escritura es el humor, que en ella no es gracejo vano, mero divertimento. El humor, agudo y lacerante de Rocío Vélez revela, destapa, critica, insinúa; es decir, la inversión que el carnaval trae cuando nos muestra que el tonto es el rey o que el rey es un tonto.