ROGER MELLO / IL. MARIANA MASSARANI
Buena parte de la historia de Enheduanna está envuelta en el misterio. Lo que se sabe es que ella nació en 2300 a. C. en Acadia, Mesopotamia, siendo hija del rey Sargón. Su nombre estaba compuesto por dos palabras: En, cuya traducción es alta sacerdotisa, y heduana, que significa adorno del cielo o la misma Luna. También podría referirse a Inanna, diosa del amor y la fertilidad.
Enheduanna cumplió lo que estaba claro desde su nacimiento: fue elegida sacerdotisa del dios lunar Nanna, en Ur, ciudad de Sumeria. Por tanto, se envolvió en la política. Fue expulsada de su reino para luego volver y reasumir el puesto que bien merecía. Pero falta contar un gran detalle: Enheduanna es considerada la primera mujer escritora y filósofa. Dejó varias obras, entre ellas los himnos sumerios del templo y textos de devoción a Inanna.
Y es en torno a este personaje que Roger Mello y Mariana Massarani escribieron este libro, hecho del color del desierto y la arcilla, mezclados con el rosa de Inanna. El resultado es pura poesía, digna de esta sacerdotisa que vivió y murió envuelta por las letras de sus poemas. Como rima uno de ellos: Nosotros cantamos, nos lamentamos y lloramos, caminamos hacia ti por un camino que nos aleja de la casa de los suspiros enormes.