En diciembre del año 2019 se reportó en Wuhan, China, la existencia de una neumonía con causas desconocidas. Algunos meses después el mundo se encontró lidiando con lo que resultó ser una pandemia por un nuevo coronavirus. En general, los países optaron por estrategias restrictivas y de confinamiento para evitar su rápida propagación y el colapso de los sistemas sanitarios. Así, el covid-19 se instaló en el centro de nuestra vida, modificando nuestros modos de relacionarnos, de evaluar a la autoridad y sus atribuciones, cambiando prioridades y expectativas, capacidades económicas, modos de trabajar, de divertirnos, amar, producir, comunicarnos, aprender y enseñar, movilizarnos y ocupar el espacio, consumir, quizás incluso soñar, en definitiva, de vivir. Este libro se ocupa de las interrogantes éticas relacionadas con la pandemia y los modos de hacerle frente en nuestro planeta el año 2020: ¿es éticamente defendible restringir las libertades en pos de la salud? ¿Es correcto proteger la salud a costa de otros bienes? Y si lo es ¿indefinidamente o hasta qué punto? ¿Hay que evitar la pérdida de vidas sin considerar las consecuencias? Y si hay que salvar vidas ¿valen todas lo mismo? ¿Pero en qué consiste su valor? ¿Es correcto asignarle valor monetario? Y si lo es ¿cómo hacerlo? ¿Debemos comparar el valor de la vida con otros valores? ¿Cómo debo hacerme cargo de mi propio confinamiento? ¿Hay razones, más allá del castigo, para respetar las medidas restrictivas? ¿Y qué pasará con nuestro mundo? ¿Vamos hacia un cambio de paradigma productivo y organizacional o no se trata más que de un paréntesis en nuestra vida