William Turner fue un hombre solitario y excéntrico, pero también un artista tremendamente prolífico que rápidamente se convirtió en uno de los pintores de paisajes y marinas de mayor éxito de Inglaterra. Durante su vida, su fama se limito a los confines de su Gran Bretaña natal, aunque sin duda hoy es venerado como un talento excepcional que logró tender sólidos puentes entre el Romanticismo e Impresionismo.