A lo largo de su carrera artística, Wassily Kandinsky (1866-1944) no solo transformó su propio estilo, sino que además cambió el curso de la historia del arte. Desde su primera pintura figurativa y paisajista, avanzó hasta convertirse en un pionero del uso espiritual, emotivo y rítmico del color y la línea, y hoy se le acredita la creación de la primera obra de arte puramente abstracta.
Tanto cuando ejercía como maestro y teórico como en su práctica artística, los intereses de Kandinsky en la música, el teatro, la poesía, la filosofía, la etnología, la mitología y lo oculto fueron aspectos esenciales de sus pinturas y grabados. Perteneció a los influyentes grupos Blaue Reiter y Bauhaus, y no solo dejó un legado de obras visuales asombrosas, sino también influyentes tratados como Sobre lo espiritual en el arte. Entre sus principios básicos figuraban las conexiones entre la pintura, la música y la experiencia mística, y la purificación del arte al alejarse del realismo material y acercarse a una expresión emocional condensada, en concreto, en el color.
Este libro expone las obras clave de Kandinsky con el fin de presentar su repertorio de vivos colores, formas y emociones. En su recorrido por la radical evolución estilística del artista, muestra cómo la progresión de un pintor allanó el camino para las futuras generaciones de expresionistas abstractos.