A PARTIR DE 6 AÑOS Hoy Miguel y su mamá han ido a la cama temprano. Han tenido tiempo de abrazarse y de contarse un secreto.
Las emociones afectan nuestra manera de percibir y vivir las cosas, y por tanto, saber gestionarlas nos permite controlar como vivimos la vida. En este sentido, educar en las emociones desde pequeños aumenta las habilidades. Pero también ayuda a disminuir los síntomas depresivos y actitudes violentas en edad adulta. Ayudamos a nuestros hijos o alumnos, poniendo nombre a las emociones y validándolas. Es normal tener miedo, quitarse el sueño o estar triste en algún momento, al igual que estar contento o emocionado. El primer paso es identificar la emoción para poder aprender a gestionarla.
Con esta historia queremos ayudar a hablar con las criaturas sobre sus emociones y la importancia de expresarlas.