Esta narración puede ser leída como una huida, una yuxtaposición de historias de viaje: el de Vercingétorix a campos de concentración, el de un grupo de judías embarazadas a una clínica de abortos, el de Glaucus y Artemius o el de Equis, viajero infatigable, condenado a la errancia, cuyo desarraigo no le da derecho ni a un nombre, que busca en cada nuevo territorio el hogar que nunca alcanza. En resumen, una lograda metáfora del exilio, que sufrió la propia autora, y de las corrientes migratorias que han tenido lugar a lo largo de la historia de la humanidad. La nave de los locos está considerada por la crítica como una obra trascendental en la trayectoria de Cristina Peri Rossi y la novela más importante del post-boom latinoamericano. Es, sin duda, la gran novela del exilio.
«A bordo de la nave, tanto el que escribe y enuncia como el que lee son navegantes, viajeros y coparticipan en la tarea de inventar el mar, de construir el texto.» Lucía Invernizzi