Las flores del mal es uno de los primeros y más grandes testimonios artísticos de los temores, pasiones y contradicciones que atenazan al hombre moderno, tironeado por impulsos encontrados, nostálgico de un viejo orden que sin embargo hace todo lo posible por derribar. Manuel J. Santayana nos ofrece una traducción memorable, que recrea con espléndida musicalidad el metro y las rimas del original y nos ofrece un Baudelaire para el nuevo siglo: vital y decadente, sentencioso y profético. Las composiciones gráficas de la artista andorrana Fiona Morrison terminan de sublimar este nuevo acercamiento al Baudelaire más actual.