Una novela desgarradora sobre un niño que se evade bebiendo y unos adultos que tratan de encontrar un sentido a sus vidas.
En el centro de esta novela hay un niño de doce años: Théo, hijo de padres separados. El progenitor, sumido en una depresión, apenas sale de su caótico y degradado apartamento, y la madre vive consumida por un odio sin fisuras hacia su ex, que la abandonó por otra mujer. En medio de esa guerra, Théo encontrará en el alcohol una vía de escape. A su alrededor se mueven otros tres personajes: Hélène, la profesora que cree detectar que el niño sufre maltrato a partir del infierno que vivió en su propia infancia; Mathis, el amigo de Théo, con el que se inicia en la bebida, y Cécile, la madre de Mathis, cuyo tranquilo mundo se tambalea después de descubrir algo inquietante en el ordenador de su marido...
Todos estos personajes son seres heridos. Marcados por demonios íntimos. Por la soledad, las mentiras, los secretos y los autoengaños. Seres que caminan hacia la autodestrucción, y a los que acaso puedan salvar o tal vez condenar definitivamente las lealtades que los conectan, esos «lazos invisibles que nos vinculan a los demás (...) las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos, los valores en cuyo nombre actuamos con rectitud, los fundamentos que nos permiten resistir, los principios ilegibles que nos corroen y nos aprisionan. Nuestras alas y nuestros yugos. Son los trampolines sobre los que se despliegan nuestras fuerzas y las zanjas en las que enterramos nuestros sueños».
Una novela concisa, escrita con una prosa afilada, y que no da tregua al lector. Un relato de una contundencia sin contemplaciones, desgarrador y necesario. «Una narración precisa, rigurosa, casi austera. De ahí nace la belleza áspera de esta novela conmovedora, concienzuda y contenida» (Télérama).
«Delphine de Vigan se interroga sobre el mundo que la rodea, explora los subterráneos invisibles que rigen las relaciones humanas, con una empatía que excluye cualquier relación egoísta con la escritura» (Fabrice Gaignault, Marie Claire).
«Una novela estremecedora. Impresiona su talento para explorar las psiques adolescentes» (Corinne Renou-Nativel, La Croix).
«Una desoladora y emocionante novela a cuatro voces que explora lo que significa ser un niño en un mundo incierto. Pero también un conmovedor homenaje a la fuerza de los lazos del amor» (Alice OKeeffe, The Guardian).
«Concentra un intenso impacto emocional en menos de doscientas páginas y resulta más convincente que algunas novelas el doble de largas» (The Bookseller).
«No juzga. Evita toda forma de compasión y no emite ningún juicio moral. Testimonia, y eso es lo esencial» (Jérôme Garcin, Le Nouvel Observateur).
«Explora con una escritura punzante los entresijos de un mundo contemporáneo marcado por una gran brutalidad, real o simbólica» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles).
«Describe con una rara agudeza las relaciones que se tejen y anudan entre los seres humanos» (Mohammed Aïssaoui, Le Figaro).
«Narrada con fuerza y ritmo. No puedes parar de leer hasta el desesperado último giro» (Anthony Cummins, The Daily Mail).