Josefina Palmera, mujer centenaria que guarda en su casa una Uzi, recuerda sentada en una mecedora las vicisitudes de la vida de una región asolada por la violencia. Esta matrona machista, homófoba y llena de rencores es, de alguna manera, una voz que recorre las esquinas y los zaguanes de esa Valledupar que no perdona la diferencia.
Publicada hace quince años, en 2008, Líbranos del mal ha sido llamada la gran novela sobre la violencia entre vecinos. En esta versión, reeditada y reescrita en muchos de sus apartes, la voz de Josefina Palmera es prominente para contarnos el destino de dos muchachos que crecieron, codo a codo, pupitre contra pupitre, y terminaron en ejércitos macabros como las Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia.
El destino de Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, y de Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, esta en estas páginas que nos enseñan que toda literatura es fuente de verdad, y que solo la imaginación moral nos permite llegar al corazón de personajes que no conocemos y a rincones oscuros en donde nadie ha podido entrar.