Una ciudad que olvida cómo reír y debe tomar cursos para recuperarse. Dueños de automotores atascados durante días en medio de la ciudad sin poder regresar a casa. Políticos que proponen aislar a los artistas para ser observados en sus hábitats naturales. Fantasmas de edificios derribados en nombre del progreso que exigen justicia desde el más allá. Una feria infantil que exhibe como atracción los sueños terroríficos de los adultos?
Las situaciones cotidianas de una ciudad, orgullo y pesadilla de sus habitantes, en cómodo formato que también sirve como posavasos.
¡La guía definitiva para conocer Marsálida sin correr ningún peligro!