En una ciudad portuaria asolada por una plaga misteriosa, una mujer intenta descifrar por qué su mundo se desmorona. No es sólo el acecho de la enfermedad y la muerte, las algas y los vientos pestíferos, los amasijos rosáceos que son ya lo único que se puede comer, sino el colapso de todos sus vínculos afectivos,la incertidumbre, la eclosión de una soledad radical. Con una prosa inquietante y rica en hallazgos poéticos, Fernanda Trías construye un universo extraordinario que descubre la inmensa belleza y el inmenso dolor que hay en la fragilidad de la vida y de las relaciones humanas.
La crítica ha dicho
"A mitad de camino entre una distopía clásica, como 1984 o Fahrenheit 451, y una de las magníficas novelas de catástrofe de J.G. Ballard, como El mundo sumergido o La sequía, Mugre rosa cuenta la historia de una mujer y su soledad, de un cataclismo ecológico y un mundo arruinado, de la maternidad, el hambre y el silencio. Con una sutil ingeniería de capas y mecanismos, pero siempre intensa y evocativa, esta obra atraviesa los géneros (ciencia ficción, distopía, eco-catástrofe) y se instala en un territorio único, al borde del horror pero sin sumergirse en ese abismo: un espacio desolador pero no del todo libre de esperanza. Fernanda Trías ha creado un espejo en el que se mira este tiempo tan extraño que nos tocó vivir, y nos ha regalado a sus lectores de siempre la mejor de sus novelas".
Ramiro Sanchiz
"En Mugre rosa, toda la exploración vital y literaria de esta escritora impresionante se radicaliza. La mirada de Trías, su escritura sosegada y desasosegante, poética y precisa, va abriendo grietas -escapes- por todos lados: en el corazón de sus criaturas, en las relaciones de amor, en el mundo dañado".
Giuseppe Caputo
"Nadie escribe como Fernanda Trías. Leerla es como asistir a una revelación o a un desnudamiento. Esa revelación se va ofreciendo de manera gradual e irresistible, frase por frase, y cuando querés acordar eras vos al que estaban desnudando. A eso hay que estar dispuesto cuando uno se acerca a esta narradora pura".
Daniel Mella