Once tipos de soledad es un conjunto de cuentos desoladores, descarnados y perfectos. Aquí no hay luz al final del túnel; hay en cambio tristeza, aislamiento y desamparo narrados con una honestidad salvaje y cristalina, electrizante y conmovedora, absolutamente memorable. La soledad de las ciudades, la mediocridad de las aspiraciones de clase media, la dificultad para verbalizar la decepción y el desencanto, la negación y el autoengaño son los temas que Yates toca, una y otra vez, en variaciones siempre resonantes al oído del lector contemporáneo. Sus personajes son personas comunes, de vidas rutinarias y tragedias menores: una chica que se está por casar, un veterano convaleciente, un escritor a sueldo, una maestra amargada, un soldado que rememora sus días de entrenamiento, un taxista con sueños de una vida mejor.
Richard Yates publicó Once tipos de soledad en 1962, un año después de que Revolutionary Road, su primera novela, fuera elogiada por Tennessee Williams como «una obra maestra». Kurt Vonnegut lo describió como «el mejor conjunto de cuentos escrito por un norteamericano», y el New York Times lo llamó «el equivalente neoyorquino de Dublineses». El libro fue publicado en español por primera vez en 2002, cuando la escritora argentina Esther Cross lo tradujo para Emecé, y rápidamente se volvió inconseguible. Esta nueva edición, revisada por Cross, recupera la voz magistral de Yates con una claridad prodigiosa, e invita a los lectores a reencontrarse, o a conocer, a este autor clave de la literatura norteamericana que preludia y enriquece la tradición de Salinger, de Cheever, de Salter, de Ford.
«Nunca he podido recobrarme de la lectura de Once tipos de soledad, y ese creo que es el mayor elogio que puede hacérsele a un libro: que uno se sienta cambiado por lo que ha leído, y que no hay forma de volver atrás». Ann Beattie
«El territorio de Yates yace apenas al sur de Cheever, al oeste de OHara, al este de Carver y al norte de Tobias Wolff y Richard Ford (
) pero lo que realmente distingue a Yates, la verdadera joya de su legado, es la escritura en sí».
Richard Price
«El escritor más sensible del siglo XX».
The Times
«Yates es el realista por excelencia, el heredero natural del estilo descarnado de Hemingway y el precursor del minimalismo monocorde de Carver. Pero hay algo más: algo así como una transparencia, algo casi traslúcido, que le debe más a Fitzgerald, su gran héroe literario (
). Lea y llore».
Kate Atkinson, The Guardian
«Lo que hace a Yates tan buen escritor es su exploración resuelta e implacable del corazón humano, y el modo en que nos habla en un lenguaje claro y honesto, tan despojado y poco sentimental, y tan intransigente, como su propia manera de ver las cosas».
Richard Russo
«El ojo y el oído de Yates no tienen competencia; no conozco a otro escritor que tenga los sentidos en tan buen estado. Es lo que hace que sus personajes estén vivos, hace que sus cuentos se muevan y respiren; eso, y también la perfección certera de su modo de escribir».
Dorothy Parker
«Uno de los escritores más importantes de la segunda mitad del siglo xx».
Robert Stone