La historia se escribe cada vez más en primera persona. Los historiadores no se limitan ya a reconstruir e interpretar el pasado; ahora sienten la necesidad de incluirse a sí mismos en sus historias. Se ha creado un nuevo género híbrido, ejemplificado en particular por las obras de autores como Ivan Jablonka o Philippe Artières, que ofrecen la narración de sus investigaciones y describen sus emociones con un estilo muy literario. A la inversa, siguiendo la estela de Patrick Modiano y W. G. Sebald, algunos autores como Javier Cercas, Éric Vuillard o Laurent Binet hacen que se desplace la frontera entre verdad novelesca y verdad histórica con la creación de «novelas sin ficción». Este auge del yo plantea cuestiones epistemológicas y otras, más profundas, que conciernen al mundo en el que vivimos, su nueva razón neoliberal y el individualismo que la caracteriza. En este ensayo, Enzo Traverso analiza este giro subjetivista destacando sus potencialidades creativas, ambigüedades políticas y límites intrínsecos.