LOS POEMAS de Mary Shelley (Londres, Reino Unido, 1797-1851) quedaron en gran parte ineditos en vida de la autora y han permanecido hasta hoy prácticamente desconocidos para el público. No es raro en la historia literaria que el gran exito de un autor en un genero determinado ensombrezca el resto de su obra incluso a sus propios ojos. Pero la enorme calidad de la poesía de Mary Shelley hace necesario conocerla y sacarla a la luz como en muy pocos de esos casos. Dotada de esa extraordinaria intuición solo al alcance de los grandes talentos que antes de cumplir los veinte años la llevó a crear una obra maestra como Frankenstein, Mary Shelley vuelca su dolor, sus recuerdos y su profunda melancolía en unos poemas íntimos, palpitantes y obsesivos, nacidos al calor de una sensibilidad en carne viva, pero tambien de una mente energica e inconformista que desesperadamente busca asideros en el abismo de una existencia trágica. Pero, incluso cuando nos hallamos ante puras destilaciones del dolor más íntimo, los versos de Mary Shelley cuentan con el poso de una madurez creadora que sabe dar serena y sólida arquitectura a la expresión poetica, tanto en sus manifestaciones más breves y musicales como en los poemas más extensos y discursivos.