Cuando Elec rompió conmigo, lo último que necesitaba era convertirme en vecina de alguien que me recordara a el. Damien era una versión más atractiva de mi ex. Tambien tenía dos perros gigantes que me mantenían despierta con sus ladridos. Él no quería tener nada que ver conmigo, o eso creía. Hasta que oí risas a traves de un agujero en la pared de mi dormitorio. Damien había estado oyendo todas mis sesiones telefónicas con mi terapeuta. Ahora, el artista sexi de la puerta de al lado conocía mis secretos más profundos e inseguridades. Empezamos a hablar, y me dio consejos para superar mi ruptura. Se convirtió en un buen amigo, pero dejó claro que no iba a ser nada más. El problema era que yo me estaba enamorando de el. Y cuanto más intentaba alejarse de mí, más podía notar que el sentía lo mismo. porque el latido de su corazón no mentía. Pensaba que Elec me había roto el corazón, pero estaba equivocada: seguía muy vivo y latía con fuerza por Damien. Tan solo esperaba que no me lo rompiera para siempre.