Lucía y Pablo están casados y su relación se desmorona. Sus conversaciones y sus silencios son el espejo de la sutil forma que puede llegar a cobrar la violencia cuando, de repente, llega el fin el amor.
Ahora, con más de cuarenta años y dos hijos, ambos se esfuerzan por reinventarse, pero cada día que pasa quedan menos lazos que los unan.
Esta es la historia descarnada de ese tiempo muerto, de ese amplio y doloroso espacio que se abre, muchas veces de manera inexplicable, entre dos seres que se aman.