Juan Álvaro y Alfredo son dos jóvenes nariñenses, de orígenes muy distintos, que coinciden en la carrera de Derecho en la Universidad de Pasto, en la década de los ochenta. A pesar de sus diferencias ideológicas el primero viene de una familia tradicionalmente conservadora, y el segundo se siente atraído por un movimiento liberal, logran establecer una amistad a prueba de todo, incluso de la política.