Aristides tiene setenta y cinco años y presiente que le queda poco tiempo de vida. Después de más de una década de estar desaparecido de su familia, decide pedirle a sus dos hijos hombres que vayan a su encuentro. La condescendencia del primero con su padre, así como la necesidad que tiene el menor de entender las razones de su abandono y reivindicar a su madre y sus hermanas los llevarán a emprender un misterioso viaje por los Llanos Orientales que cambiará sus destinos para siempre.
Narrada con pericia, este viaje de dos hijos al encuentro de su padre, a un terriorio lejano como los Llanos orientales colombianos, es una indagación en las razones de un hombre para alejarse de sus seres queridos, y de lo que significa ser hijo y necesitar de la figura paterna para sobrevivir al tiempo. En tiempos de emancipación femenina esta novela se pregunta por las viejas y nuevas masculinidades y por una figura que, como el padre, ha sido central en la historia de la literatura.