Stanislaus Joyce, tres años menor que James, fue un reconocido académico que por años mantuvo las finanzas de su hermano y le dio ánimos frente los rechazos de los editores. Su minucioso diario le sirvió de base para la redacción de estas memorias. Ejerció la docencia en la Universidad de Trieste, ciudad en la que murió en 1955. Ser hermano de un autor famoso confiere grandes obligaciones y muy pequeñas distinciones. El profesor Stanislaus Joyce sobrellevó su carga con nobleza y disconformidad. A pesar de sus reservas, vivió una vida en gran parte moldeada por su hermano, combatió el derecho de los demás a criticar a James y, en el momento de su muerte, llevaba escrita una parte sustancial de las memorias de su vida en común, donde presenta un cuadro de la carrera de James Joyce y de la vida familiar hasta sus veintidós años, con adelantos de lo que vendría después. He leído este libro dos veces y me he sentido fascinado y sorprendido por la personalidad de este hombre ( ) víctima de emociones encontradas de cariño, admiración y rivalidad, una lucha en cuyo desarrollo, en ciertos momentos, veía a su famoso hermano con asombrosa lucidez. T. S. Eliot