El tiempo es el cuerpo: inapelable e irreversible. El cuerpo es la
prueba reina de la existencia del tiempo. Y es la finalidad de la
vida en este libro y es el objeto de este poemario que a pulso se
gana un calificativo en cada página y va siendo luminoso,
preciso, perturbador, bello, irónico mientras avanza
porque el paso sospechoso de las horas y los días y los años ha
sido y es el tema de fondo de la obra de Luis Fernando Afanador.
Su Museo del cuerpo no es una suma de las obras, sino de las
descripciones justas e inagotables de las obras, como fichas
técnicas sin aspavientos que hacen ver lo humano y su Historia y
son más que suficiente. Mi cuerpo es mi ideal / mi proyecto de
vida / mi religión / mi felicidad, declara uno de los personajes
hacia el final de este recorrido de siglos. Nací para mi cuerpo. Y
es claro entonces, gracias a tantos hallazgos sin ripios, que hay
quienes viven en el cuerpo y hay quienes apenas lo visitan, pero
la vida ha sido siempre un viacrucis frente a los espejos. Qué
suerte tener este ejemplar en las manos.