¿Cómo vivir después del conflicto armado? ¿Cómo recoger las piezas y reconstruir la propia vida y la de los seres queridos?
Los que corren al amanecer por la pista de atletismo son veteranos que ya han vivido el trajín de sus vidas. Es una rutina que se repite un día tras otro. Mientras lo hacen, el mundo sigue su rumbo y cada quien vive su pequeño universo. Pablo va y viene desde el momento en que se oye la explosión de una mina antipersona en las selvas de Urabá y ve desfilar de nuevo frente a sus ojos la vida y los sueños: a Estefanía, que va con sus primas corriendo por caminos prohibidos. Ve a Aníbal, su papá, que se esfuerza por marchar al ritmo de los viejos atletas. A su mamá, Ligia, que siempre lo espera con un beso y un plato de comida caliente. A Pereira, su lanza, que trata de salirse de la telaraña de la guerra, y cada vez se enreda más en ella.
Pablo deberá recomponer su vida, encontrarle un sentido después de haber mirado a la muerte cara a cara. También deberán hacerlo Aníbal, Ligia y el narrador, un escritor que está a punto de entrar en la vejez. Todos ellos buscarán aprender a vivir de nuevo integrando en sus vidas la terrible experiencia del combate armado, en la que es, sin dudas, una de las primeras novelas del posconflicto en Colombia.